ACTOS EN LA CASA DE CAMPO SOBRE LA MEMORIA HISTÓRICA
Madrid. Sábado 2006-09-16
por Lorenzo Peña
Hoy sábado 16 de septiembre he pasado una buena parte del día en la fiesta del partido comunista de España en la Casa de Campo. Había dejado de acudir (creo que la última vez que fui fue el 20 de sept· de 1997), pero esta vez han sido los actos convocados en torno a la recuperación de la memoria histórica los que allí me han llevado.
El primero de esos actos ha tenido lugar a las 11 en el pabellón de convenciones: «Las fosas comunes de represaliados por el franquismo. El caso de Valencia», con intervenciones de Amparo Salvador (Forum por la Memoria del País Valenciano: <forummemoria@ono.com>), Antonio Durán y José Antonio Moreno (Foro Memoria histórica). Conferencia apasionante la de Amparo Salvador (lo cual no quita interés a las otras) porque marcó el durísimo itinerario que ha llevado al hallazgo de las pruebas materiales de la horrible matanza perpetrada por la tiranía franquista en Valencia durante los primeros años que siguieron a la derrota republicana, con masacres que incluían a niños entre las víctimas. El itinerario investigativo ha sido escabroso y erizado de obstáculos.
Erguíanse primero dificultades puramente metodológicas, las de emitir adecuadas hipótesis de trabajo y sustentarlas empíricamente. Al parecer las primeras hipótesis no han sido confirmadas por la busca efectiva sobre el terreno. Eso dista de demostrar que fueran falsas o infundadas. Yo estoy seguro de que son acertadas muchas hipótesis así (la existencia de fosas comunes dispersas en terrenos no señalados); a estas alturas son posiblemente inverificables por las propias leyes de la naturaleza.
Alzábanse luego las dificultades políticas, pues, ubicados los restos humanos en las fosas comunes del cementerio, el ayuntamiento de la capital valenciana ha hecho lo posible para destruirlos y borrar esas huellas y para obstaculizar la labor de los rescatadores de la memoria.
Esos hallazgos confirman la hipótesis de que el número de víctimas mortales del franquismo tras la derrota republicana en marzo de 1939 no estuvo tan alejado como se ha solido creer del mitológico millón de muertos: cifra redonda que se había lanzado inicialmente sin fundamento, por lo sonoro y sobrecogedor de tal locución numérica, pero que los historiadores rebajaron enormemente después. Siendo honorables y meritorios esos estudios historiográficos, no eran infalibles; sobre todo no podían demostrar (dudo que lo hayan pretendido) que no existió lo que ellos no historien, pues sería una pretensión absurda y anticientífica.
Los nuevos descubrimientos, con base empírica, pueden llevarnos a una síntesis más matizada, que venga a la postre a reflejar mejor el recuerdo colectivo del pueblo español, que era el de una hecatombe demográfica sin precedentes en nuestra historia desde el siglo XIII (el siglo del avance de la reconquista que se saldó también por matanzas en masa de la población andalusí).
El segundo acto tuvo lugar en el mismo sitio a la 1 de la tarde: «Proyecto: reparación Campo de los Almendros y monumento a los fusilados del Puerto de Alicante», con varias intervenciones, entre otras la de Luis Pesquera --librero y responsable del proyecto-- y la emocionante de Rosario dinamitera, a la que cantara el poeta Miguel Hernández. Emocionante, pero también sumamente instructiva, elocuente y llena de vida y de detalle. Un ejemplo del enorme talento masivo del pueblo español en aquella lucha, de la existencia de tantos millares de combatientes sencillos, salidos del seno del proletariado, del campesinado, de las clases laboriosas, de los pobres, mujeres y hombres (a veces adolescentes) que derrocharon valor e inteligencia y que forjaron aquel gran ejército popular que defendió la Libertad y la Constitución republicana.
Una persona de cerca de 90 años, manca desde los 18, expone brillantemente el relato de aquellos combates y aquellos dolores colectivos ante un auditorio que no pierde ni una palabra de la narración.
No hacía falta la confirmación, mas se ve que el propósito de rescatar la memoria histórica --que anima a la bitácora «El pueblo español»-- es ampliamente compartido y que es un tema de candente actualidad. El olvido no podía ser perpetuo.
De paso, en la fiesta había su pequeña feria del libro, con casetas --entre otras-- de la librería Miguel Hernández y de la nueva editorial Tiempo de Cerezas (a la que deseo el mayor éxito en su andadura; entre sus publicaciones está una nueva edición, cuidada, de nuestra Constitución, la constitución de 1931).